Juan Pablo II tenía el libro de la mística en su mesilla de noche
AcaPrensa / Vittorio Giovenale / Secolo d’Italia
El Vaticano desconcierta a los fieles que han leído y apreciado a la mística María Valtorta, afirmando que las llamadas “revelaciones” contenidas en sus escritos no tienen nada de sobrenatural. “A la Santa Sede llegan con frecuencia peticiones de aclaración, tanto de eclesiásticos como de laicos, sobre la posición de la Iglesia respecto a los escritos de María Valtorta, como la obra El poema del hombre Dios, hoy conocida con el título El Evangelio tal como me fue revelado, y otras publicaciones”, se lee en un documento de la Doctrina de la Fe publicado en los últimos días.
“A este respecto, se reitera que las presuntas ‘visiones’, ‘revelaciones’ y ‘comunicaciones’ contenidas en los escritos de María Valtorta, o en todo caso atribuidas a ella, no pueden considerarse de origen sobrenatural, sino que deben considerarse simplemente formas literarias utilizadas por la Autora para narrar, a su modo, la vida de Jesucristo”, subraya el Dicasterio, recordando que “en su larga tradición, la Iglesia no acepta como normativos los Evangelios apócrifos y otros textos similares, ya que no reconoce su inspiración divina, remitiéndose a la lectura segura de los Evangelios inspirados”.
San Juan Pablo II nunca se expresó sobre el caso de María Valtorta. El Papa Wojtyla, sin embargo, beatificó a fray Gabriele Allegra, reconocido biblista, abiertamente partidario del misticismo lombardo, del que era un ferviente lector y sobre el que había escrito una exégesis. Reconoció que esta obra “viene de Jesús”. El propio Papa Juan Pablo II canonizó al Padre Pío y beatificó a la Madre Teresa, ambos lectores de María Valtorta y recomendaron su lectura.
Según reveló el cardenal, según informa el sitio web de la Fundación Maria Valtorta, Stanislas Dziwiz, secretario de Juan Pablo II durante muchos años, el propio Pontífice era lector de Maria Valtorta y afirmó que a menudo veía en su mesa de noche uno de los volúmenes de El Evangelio tal como me lo reveló de Maria Valtorta.
La historia de los escritos de María Valtorta
El 16 de diciembre de 1959 el Santo Oficio incluyó la obra de cuatro volúmenes en el Índice de Libros Prohibidos. L’Osservatore Romano lo informó el 6 de enero de 1960. En portada del Osservatore también apareció un artículo anónimo titulado Una vida de Jesús mal novelada que criticaba el libro. El artículo afirmaba que el libro había sido incluido en el Índice porque violaba la regla 1385 del Código de Derecho Canónico, que exigía un imprimatur antes de su publicación.
El 15 de junio de 1966, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (que sustituyó al Santo Oficio) abolió el Índice, pero en 1985 el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, citando el decreto de 1959 del Santo Oficio y el artículo de Osservatore Romano, reiteró su condena del Poema del hombre-Dios. El prefecto respondió el 31 de enero a una carta que el cardenal Giuseppe Siri había enviado en mayo anterior en nombre de un sacerdote de su diócesis. Ratzinger añadió que la condena «no ha sido tomada a la ligera» ya que el texto es «una vida de Jesús mal novelada», desaconsejada «para evitar el daño que tal publicación podría haber causado a los fieles más incautos».