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EL PAPA FRANCISCO CAOS INFORMATIVO ANTE UNA MUY COMPLICADA SITUACIÓN

AcaPrensa / SPECOLA extracto

Cuando nos enfrentamos cada día a la información que vemos publicada en este periodo tenemos que reconocer que siempre nos sorprende, no es fácil informar en esta situación en la que tenemos una gran demanda y muy poca oferta, son demasiados días para conformarnos con un ‘durmió y descansó’. La tónica general es que esto se puede prolongar más de lo deseado y que no va a ser muy fácil de gestionar. El caos y la confusión que han reinado en este pontificado tienen sus consecuencias y las iremos viendo, sin duda, con mucha claridad en este periodo. Tras la crisis de broncoespasmo que sufrió el viernes, la palabra “mejoría” desapareció de los boletines sanitarios del Papa Francisco.  Tanto ayer como anteayer, las condiciones clínicas, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se mantuvieron estables. Sin fiebre y sin ventilación mecánica no invasiva: el paciente solo necesitó oxigenoterapia de alto flujo.

Entendemos, el Papa «puede moverse», lo que significa que no está postrado en cama, pero aún, así necesita ayuda, incluso durante estos días de hospitalización, para pequeños desplazamientos de una parte del apartamento papal a otra en el décimo piso del hospital. El Santo Padre, según informan también fuentes vaticanas, «asistió a la misa del domingo y recibió la Eucaristía todos los días», -¡que menos!-, que tengamos que decir esto es increíble, suponemos que también reza el breviario, además de leer con pasión los periódicos y que reza el rosario, es un suponer, pero que menos, entre tanto y tanto trabajo incesante y tanto café; algo que el propio Papa Francisco ha dicho que no le gusta y que se queda con su mate tradicional.

La situación sigue siendo compleja y, a diferencia de hace unos días, ya no se habla de una decisión prudencial que justifique el no levantamiento del pronóstico. Oficialmente en las comunicaciones del Vaticano que salen a la luz no tenemos gran cosa, sale lo que sale; extraoficialmente, en las informaciones que se filtran como «fuentes vaticanas», se dicen otras cosas. Se dijo que se necesitarían 48 horas para entender las consecuencias del episodio del viernes, pero, al final de las mismas, no hay una respuesta segura, la impresión es que este plazo se ha alargado. Las habituales «fuentes vaticanas» indicaron a las agencias que «los médicos habían reservado 24/48 horas para entender si había habido un empeoramiento después de la nueva crisis del viernes. Al definir el cuadro clínico como «estable» excluirían las consecuencias directas, pero no está seguro de que se haya evitado el riesgo de neumonía ab ingestis.

La sala del décimo piso del Policlínico Gemelli parece cada vez más protegida e inaccesible incluso para aquellos que deben comunicar las novedades. Ayer por la mañana, lo cruzaron nuevamente el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, y su sustituto, monseñor Edgar Peña Parra. Es posible que la visita de los números 2 y 3 del Vaticano forme parte de las habituales citas de trabajo, dado que se prevé que la estancia del Papa en el hospital será larga. Al menos oficialmente, es la segunda vez desde la audiencia que les fue concedida el pasado 24 de febrero y que, entre otras cosas, trataba sobre la autorización al Dicasterio para las Causas de los Santos a promulgar decretos para algunos nuevos santos y beatos. Una disposición que incluye también la convocatoria de un consistorio para canonizaciones –actualmente sin fecha–, lo que ha desatado especulaciones entre quienes creen posible un paso atrás. Es evidente que hay cosas que no se hablan por teléfono y no sabemos si vieron o no al Papa Francisco y nunca nos contarán en qué condiciones. Es inevitable pensar que hablaron con el equipo médico que lleva el caso y que la situación es, cuando menos, muy complicada.

El Papa Francisco sigue en estado crítico y tenemos opiniones de expertos fundamentadas en los datos publicados. La neumonía intersticial bilateral es un diagnóstico casi siempre fatal, que conlleva complicaciones casi inevitables y un deterioro progresivo e irreversible de la situación. La edad y la obesidad del Papa Francisco son importantes factores de riesgo adicionales, en particular para las complicaciones cardiológicas. Todos los boletines oficiales emitidos por los médicos carecen de detalles, especialmente en lo que se refiere a los parámetros vitales de Francisco. El 28 de febrero, el Vaticano informó de «una crisis aislada de broncoespasmo que, sin embargo, derivó en un episodio de vómitos con inhalación y un súbito deterioro de la situación respiratoria». El especialista Gulisano califica esta información de inexacta porque este episodio le hace pensar en una nueva forma de enfermedad pulmonar grave, la neumonía «ab ingestis», que se produce en pacientes ancianos débiles con dificultad para tragar cuando los alimentos no acaban en el estómago sino en los pulmones, lo que provoca un estado infeccioso grave.

Según el comunicado del Vaticano, Francisco fue inmediatamente broncoaspirado y sometido a ventilación mecánica no invasiva. Según Gulisano, el Papa «no intubado» era una necesidad después de años de tácticas de miedo por parte de los medios de comunicación, en los que se mostraba a los pacientes en televisión en decúbito prono e intubados para crear el mayor temor posible a la enfermedad. La ventilación mecánica no invasiva significa que Francisco tiene una mascarilla sobre la nariz y la boca para suministrarle oxígeno. Gulisano describe esta situación como «grave, lo que significa un pronóstico reservado». Sería importante saber si existe una neumonía «ab ingestis» que podría provocar una infección bacteriana de la sangre (sepsis) con consecuencias potencialmente mortales. Una infección del tracto urinario también es frecuente en las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria: «No nos han dicho si el Papa tiene una sonda urinaria, pero es casi seguro que sí».

Según Gulisano, dadas estas condiciones, «es francamente surrealista» escuchar relatos demasiado optimistas que hablan de «un Papa trabajando», a menos que por «trabajar» se entienda poner firmas en los documentos que se le presentan. Igualmente, increíble es que el 29 de febrero, justo antes de la crisis respiratoria, Francisco estuviera rezando en la capilla, como si en su estado le hubieran sacado de la cama y de la habitación. Si esto ocurrió realmente, ¿por qué no se documentó fotográficamente el momento, se pregunta Gulisano: «Habría reconfortado a los numerosos fieles que estaban preocupados por su estado y rezaban por el Papa». «¿Por qué Francisco, si realmente no está postrado en una cama y es autónomo, no fue trasladado hasta la ventana en una silla de ruedas para saludar a la explanada del hospital, como hizo Juan Pablo II en el momento de su hospitalización?». Lo mismo ocurre con la afirmación del Vaticano de que Francisco desayunó y leyó el periódico tras despertarse, esto es de «cuadro idílico» que contrasta con una situación clínica muy diferente.

Hace unos días escribíamos sobre algunos preparativos -interrumpidos abruptamente después de la crisis respiratoria del Papa Francisco del sábado 22 de febrero- en Santa Marta, para el regreso «a casa» del Papa cuando sea dado de alta del Gemelli. La residencia Santa Marta fue completamente reformada a inicios de los años 90 por encargo de Juan Pablo II que decidió dotarla de 120 apartamentos listos para ser utilizados por los cardenales electores participantes en los Cónclaves. Después de su elección el 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco decidió permanecer allí y no vivir en el apartamento papal en el tercer piso del Palacio Apostólico. El establecimiento, no dispone de ambientes preparados para un enfermo y es visitado periódicamente por decenas de personas, por esto requiere una intervención urgente para ofrecer al Papa Francisco un ambiente sano y seguro.

Lo primero que se decidió fue volver a lo que se preveía en tiempos de Covid: todos, sin excepción, tendrán que llevar mascarilla en lugares públicos. Parece que también se está creando por fin un pequeño ambulatorio interno equipado con maquinaria de última generación para la respiración artificial y también para la rehabilitación respiratoria que ya se está realizando desde hace varios días en el Gemelli y que deberá continuar incluso después de ser dado de alta. El Papa Francisco decidió no tener un equipo médico fijo sino confiar únicamente en un enfermero personal. No está sentando muy bien en el Sacro Colegio y en los sacros palacios que no seamos capaces de atender al ‘jefe de estado’ en el propio estado. Después de esta larga e intensa hospitalización, se decidió, quizás con cierto retraso, que el Vaticano necesita una estructura interna para las primeras emergencias que esté equipada para la hospitalización y las operaciones «dentro de la Ciudad».

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