Un grupo de católicos se congregó pacíficamente frente a la casa del arzobispo de Lima para rezar un rosario en reparación al Inmaculado Corazón de María, tras la controversia generada por la blasfema obra teatral «María Maricón».
La ‘obra’, programada en la Universidad Pontificia Católica del Perú (PUCP), había sido acusada de ofender símbolos religiosos y de faltar al respeto a la Virgen María.
Tras la cobarde posición del arzobispo de Lima, una veintena de católicos se congregaron a las puertas de la casa del cardenal Castillo para rezar el Rosario como acto de reparación. La situación se tornó polémica cuando el cardenal Carlos Castillo, arzobispo de Lima, respondió a esta manifestación espiritual solicitando la intervención de la policía para disuadir el acto pacífico de oración. Según los asistentes, la acción del prelado generó desconcierto e indignación entre los fieles, quienes afirmaron estar ejerciendo su derecho a la expresión religiosa de manera respetuosa.
El incidente se suma al clima de tensión que ha rodeado la programación de la obra teatral. Inicialmente, la PUCP emitió disculpas públicas y suspendió el evento tras las críticas de la Conferencia Episcopal Peruana, diversos políticos y el Ministerio de Cultura. Sin embargo, la postura del cardenal Castillo, quien afirmó que no existió intención de ofender y defendió la continuación de la obra tras la corrección del cartel considerado blasfemo, exacerbó las divisiones entre los fieles.
«Esa eminencia debe irse de nuestra patria urgentemente, nadie lo quiere por permitir semejante ofensa contra Nuestra Madre», ha afirmado el coordinador del Rosario de Hombres de Perú.
El rezo del rosario fue interpretado por muchos como un acto de reparación y defensa de los valores católicos frente a lo que consideraron un agravio, mientras que la reacción del cardenal ha avivado el debate sobre la relación entre la Iglesia y los fieles en temas de libertad de expresión y respeto a los símbolos religiosos.
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VATICANO Y BERGOGLIO FURIOSOS POR UNA FLECHA ENVENENADA «PREPARANDO» EL CÓNCLAVE
AcaPrensa / Luigi Bisignani
26 de enero de 2025
Una “flecha” agita el Vaticano. Está firmada Demos. Como si dijera que somos muchos. Sin embargo, parece que la caza está casi terminada, de hecho, en los pasillos sagrados corren rumores de que la Gendarmería Vaticana ha identificado finalmente al cardenal anónimo que se esconde tras el seudónimo «Demos II». En los últimos meses, en vista de un futuro cónclave, el desconocido cardenal ha publicado un panfleto, en cinco idiomas, destinado nada menos que a criticar al Papa Francisco. Sin embargo, el objetivo de las autoridades pontificias no es sólo sellar este capítulo -en un momento en el que, dentro de la Iglesia, crecen las protestas cada vez más severas contra el actual pontificado-, sino también bloquear una probable próxima salida de un Demos III.
Todo comenzó con Demos I, un folleto distribuido en 2022 y atribuido al cardenal George Pell, fallecido en enero de 2023, exjefe de las finanzas del Vaticano que también pasó 400 días en prisión por incidentes relacionados con casos de pederastia y luego fue absuelto. Una figura nada neutral y cuyo juicio sobre el pontificado de Francisco podría resumirse así: “Es una catástrofe”. Demos I denunció el declive de la autoridad papal y de la claridad doctrinal bajo el liderazgo de Bergoglio. Cada página acusaba al pontificado de haber creado confusión sobre cuestiones fundamentales de fe y moralidad, socavando la confianza en la Iglesia y fomentando tendencias cismáticas. Una acusación de confusión colectiva, en definitiva, que suena como un réquiem por la claridad doctrinal.
En 2024 aparece Demos II, con contenidos en línea con el primer Demos. Este nuevo texto describe siete prioridades para la Iglesia y el futuro pontificado. El autor, si bien reconoce los méritos del Papa Francisco en su compasión hacia los pobres y los marginados, destaca varias cuestiones críticas en el modus operandi bergogliano que requieren una decidida corrección de rumbo. Una especie de manual para el nuevo Papa, dispuesto a resolver los problemas dejados por su predecesor.
He aquí algunos pasajes: «La primera necesidad es restablecer la claridad doctrinal, ya que la confusión ha fragmentado la Iglesia y minado la confianza en su misión evangélica. Es esencial reafirmar con decisión las verdades fundamentales de la fe católica, evitando ambigüedades que alimenten divisiones. El gobierno eclesiástico debe ser más colegial, ya que el pontificado actual ha adoptado un estilo autocrático, excluyendo a obispos y cardenales de decisiones cruciales. El nuevo Papa deberá restablecer la colegialidad y respetar el papel de los obispos en las diócesis. La Iglesia es una comunidad de derecho, pero bajo este pontificado hemos asistido a un uso excesivo del motu proprio para decisiones centralizadas y a un descuido de los procedimientos canónicos, especialmente en materia de justicia.
Cualquier pensamiento sobre el “caso Becciu” es puramente causal. Según Demos II, «es necesario volver a un gobierno transparente y legalmente fundado para garantizar la credibilidad de la Iglesia».
Uno de los desafíos más urgentes es el antropológico. La falta de una visión cristiana clara del hombre se denuncia incluso en una época marcada por ideologías como el transgenerismo y el transhumanismo. «Es necesario un renovado compromiso con la teología del cuerpo y con la enseñanza de la dignidad humana según el magisterio tradicional». Además, en el plano financiero, «el Vaticano necesita una revisión estructural para garantizar la integridad y la transparencia. Las reformas impulsadas por el Papa Francisco han quedado incompletas y, además de los escándalos económicos, hay que afrontar problemas morales y disciplinarios al interior de la jerarquía eclesiástica”.
Otro punto central se refiere al papel de los viajes papales: «Si Juan Pablo II los utilizó como instrumento de evangelización, hoy el Vaticano tiene cuestiones internas urgentes que afrontar. “El nuevo Papa debería centrarse más en la reforma interna que en la diplomacia global”.
Demos II trata también del Colegio Cardenalicio, que debe ser más sólido y preparado. «El actual pontificado ha diversificado el Colegio, pero ha descuidado la formación teológica y pastoral de muchos cardenales. Es necesario que los cardenales estén dispuestos a gobernar la Iglesia con rectitud, madurez espiritual y doctrinal. Estas reflexiones pretenden orientar el debate entre los cardenales en vista del próximo cónclave, sugiriendo una necesaria inversión de tendencia respecto a la actual gestión del Vaticano».
Si Demos I fue un “j’accuse” de los excesos del actual pontificado, Demos II se presenta como un documento más estructurado y proactivo, indicando las prioridades para el futuro Papa. Ambos textos, sin embargo, convergen en algunos puntos clave:
• restablecer la claridad doctrinal y la autoridad eclesial
• abandonar la autocracia y volver a la colegialidad episcopal
• restaurar la centralidad del derecho canónico y la transparencia financiera
• ofrecer una respuesta más sólida a los desafíos antropológicos modernos
• formar un Colegio Cardenalicio mejor preparado para gobernar la Iglesia.
En definitiva, siguiendo el hilo común que los une, los dos documentos representan una señal fuerte para el futuro cónclave, pero sobre todo ponen en blanco y negro la existencia de una corriente, dentro de la Iglesia, que desea un cambio significativo respecto a los últimos tiempos. años.
Para agitar aún más las cosas, el sitio web «The College of Cardinals Report», editado por Edward Pentin, corresponsal de Ewtn (Eternal Word Television Network), la cadena de televisión por cable fundada por la Madre Angélica, un megáfono para los tradicionalistas del Norte y del Este, ha estado on line desde hace algunos meses con el expreso propósito de informar al Colegio Cardenalicio, siempre en vista de un próximo cónclave, sobre los candidatos más probables.
Esto se debe a que, con los últimos nombramientos, los cardenales ya no se conocen entre sí y esto podría generar confusión en la elección del sucesor del actual Pontífice. A la espera del próximo cónclave, sólo queda seguir fomentar las relaciones entre los cardenales las maniobras y unirse a la oración por el Pap: con el clima actual, seguro que no le hará daño.
AcaPrensa / InfoVaticana