LOS TRINITARIOS, GUARDIANES DE PERSEGUIDOS: “NACIMOS PARA IR A LAS MAZMORRAS”
La Orden Trinitaria nació a fines del siglo XII para liberar a los cristianos perseguidos en las Cruzadas. En la actualidad continúa ayudando en silencio y con humildad a los perseguidos por su fe, los cautivos del siglo XXI.
Entre las ajetreadas calles del barrio romano de Trastevere, a pocos pasos del río Tíber, se erige una de las basílicas más antiguas de Roma, la de San Crisógono, custodiada por la Orden Trinitaria desde 1850. Esta basílica fue construida en memoria de un soldado romano que murió mártir tras convertirse al cristianismo.
En el convento contiguo al templo, el P. Antonio Aurelio, Vicario General de la Orden, recibe a ACI Prensa. “Nacimos para ir a las mazmorras”, afirma con convicción.
En un amplio salón, bajo la mirada de todos los generales de la orden cuyos cuadros presiden la sala, el P. Aurelio explica —con el inconfundible hábito blanco con el escapulario en cruz de color azul y rojo—, la razón por la que la Orden Trinitaria marcó un antes y un después en la Iglesia Católica.
Una misión: liberar a los cristianos
“La fundación de la orden en 1198 fue un hecho único en la historia de la Iglesia, ya que hasta entonces sólo existía la vida monástica”. Según precisa el P. Aurelio, San Juan de Mata, su fundador, creó la primera orden que salió del convento para ayudar a quienes lo necesitaban, en especial a los prisioneros de las Cruzadas, por quienes pagaban rescates e incluso se intercambiaban.
La Orden Trinitaria nació con la misión de rescatar y redimir tanto a cristianos cautivos como a musulmanes, estableciendo un nuevo modelo de vida religiosa centrado en la acción y el servicio fuera del monasterio. Asimismo, precisa que los trinitarios iban a las guerras “en son de paz, no con un arma, sino con una Cruz”.
“Nos llaman redentores porque hacemos el mismo itinerario que hace el Redentor. Deja su espacio, por decirlo de alguna manera, de gloria, y se abaja al mundo. Va a buscar las necesidades, va a buscar las fragilidades del hombre para liberarlo, para sacarlo de esa oscuridad. Y los trinitarios hacen el mismo recorrido. Dejan su casa para ir a buscar a aquel que tiene necesidad para darle la claridad del Dios del día, sacándolo de la oscuridad de las mazmorras”, agrega.
De hecho, actualmente hay trinitarios en proceso de beatificación, como Antonio da Conceiçao, trinitario calzado portugués, junto a José de la Madre de Dios y a Ignacio Tavares, que murieron en la cárcel tras intercambiarse por prisioneros cristianos. “Había religiosos que, cuando no llegaban el dinero y veían que los prisioneros estaban en una situación muy límite, se intercambiaban por ellos, ofreciendo literalmente su vida por los cautivos”, explica el P. Antonio Aurelio.
Los cautivos del siglo XXI
Con el deseo de volver a los orígenes de su fundación, nació en 1999 Solidaridad Internacional Trinitaria (SIT), cuya misión es ayudar a los cristianos perseguidos y trabajar por la libertad religiosa.
Según el Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2023 de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), los cristianos continúan siendo el colectivo más castigado. Un total de 28 países, en los que habita más de la mitad de la población mundial (51,5%) se engloban dentro de la “categoría roja” de persecución. De estos, 13 de encuentran en África, donde la situación se ha deteriorado gravemente.
Hoy en día, los trinitarios continúan con ese legado, dando su vida por los cautivos del siglo XXI, aquellos que sufren persecución a causa de su fe. Actualmente la orden cuenta con 54 comunidades en Europa, 22 en Estados Unidos y Canadá; 21 en América Latina; diez en Madagascar, dos en la India y dos en África Continental.
Además de los sacerdotes trinitarios, también forman parte de la Orden las monjas trinitarias contemplativas, religiosas y hermanas distribuidas en las casas de Roma y diferentes lugares de España, así como el laicado trinitario.
Siguiendo el ejemplo de un santo silencioso
El P. Aurelio hace referencia en este sentido a Ocho siglos después, el documental que da voz a este sufrimiento y pone rostro a los cristianos olvidados en lugares como Siria, Nigeria o el norte de la India, pero que no pierden la esperanza gracias a la ayuda “silenciosa” que les ofrece SIC, fundada por la familia trinitaria hace ya 25 años.
“San Juan de Mata es uno de los santos más discretos que existen, nunca habló de sí mismo”, dice. Basándose en la humildad, discreción y silencio del fundador, han querido hacer este documental, en el que se cede el protagonismo a los que están sufriendo estas situaciones extremas, es decir, los cautivos de hoy día.
“Hemos querido que sean ellos los que hablen. Que sean ellos los que se expresen, los que nos cuenten”, precisa el P. Antonio Aurelio.
El documental recoge la desgarradora situación de las niñas de Nigeria, raptadas y violadas por los terroristas de Boko Haram. También el abandono de los cristianos en Siria, concebida en el pasado como la “Suiza” de Oriente y destrozada por la guerra, así como la falta de libertad religiosa en la India. “La familia trinitaria está ahí presente, discretamente, como decimos, en silencio, pero está ahí presente”, subraya.
Para el superior de los trinitarios, aquello que “no se cuenta, no existe”, aunque afirma que los cristianos deben interesarse por conocer la realidad de sus hermanos perseguidos, sin mirar a otro lado.
“Estamos ya tan hechos a nuestros propios esquemas, a nuestras propias formas, que todo lo que sea diferente a ello nos resbala. Es decir, pasa como el agua en el chubasquero, que no cala. Y eso es lo que está pasando en Occidente, lo que pasa en Europa y lo que pasa en Estados Unidos”, lamenta.
En este contexto, aclara que la Orden Trinitaria no es una Organización No Gubernamental (ONG) aconfesional, “sino que somos religiosos. Nuestra idea es una actitud religiosa y al no poder frenar estas guerras porque no está en nuestras posibilidades, por lo menos lo que sí podemos hacer es no dejarlos solos, no dejarlos abandonados”.
El P. Aurelio lamenta el relativismo en la sociedad de los países desarrollados y la falta de “pureza de fe”. “No podemos abandonarlos. Nos duele mucho que a Occidente le cueste tanto conocer que hay gente que vive la misma religión y que sean capaces de dar la vida por mantenerse fiel a esa religión”, comenta a ACI Prensa.
En el Islam “la persona no tiene identidad”
A la pregunta sobre cuál es la principal motivación que lleva a la persecución de cristianos o si existe un factor común entre los perseguidores, el sacerdote español lo tiene claro: “El mensaje cristiano es lo que les asusta. El cristianismo es la única religión que ha fomentado el contexto democrático, la libertad entre las personas. Donde los cristianos son perseguidos, fundamentalmente hay dictaduras y el mensaje de libertad es un mensaje que no aceptan”.
“El cristianismo —continúa el P. Aurelio— es la única religión a nivel filosófico y teológico que busca a la persona tal como es, y por lo tanto busca su integridad. Hay un fundamento de vida que es la libertad”.
Subraya que el cristianismo da un sentido de libertad a cada persona, algo que “aterra a las dictaduras… Todo lo que sea contrario a la búsqueda del bien común de la persona, que es el cristianismo, debe ser perseguido”, enfatiza.
También cita el sometimiento y la obediencia, ejercida en algunas religiones, especialmente el Islam. “No se acepta, no existe el concepto de persona en estas religiones. Existe el concepto de Sunna, una serie de normas que rige el movimiento social, pero la persona no tiene identidad”, sostiene.
“Parece que ahora estamos hablando mucho del bien común. Esa es una idea moderna del bien común, pero el primero que utilizó esa palabra es San Pablo, en sus cartas. Todo este deseo de buscar a la persona como centro de esa libertad, de ese bienestar, asusta a cualquier dictadura que existe en el mundo y, por lo tanto, aquellos que manifiestan esta forma de vida deben de ser perseguidos”, enfatiza.
AcaPrensa / Almudena Martínez-Bordiú / P. Antonio Aurelio, AciPrensa