El defenestrado obispo emérito de Tyler, Joseph Strickland, volvió a advertir a los fieles desde su cuenta en X (antes Twitter) de la obligación que tienen todos los fieles de denunciar la “traición” de los prelados que “llevan a las almas al Infierno”.
En respuesta a una serie de tuits del mediático diácono Nick Donnelly, el obispo emérito Joseph Strickland, que fue fulminantemente desposeído de su diócesis de Tyler, Texas, sin que se diera razón alguna para medida tan extrema, ha resaltado la necesidad de que los fieles denuncien a los malos prelados.
Strickland dijo a sus seguidores que Donnelly “dice la verdad” cuando afirma que es más escandaloso no denunciar la corrupción en la Iglesia que guardar silencio al respecto. “El silencio de los pastores ante el mal y los esfuerzos por encubrir la verdad en lugar de limpiar el desastre es lo que escandaliza a los fieles”, dijo Strickland.
En su mensaje, Donnelly acusa a la “institución que se presenta como la Iglesia Católica” de no ser un “lugar seguro” desde hace 60 años porque está “llena de herejes que son tan malos como los abusadores sexuales”. También comparó a los herejes con “asesinos de almas” porque están “matando almas y enviándolas al infierno para sufrir por la eternidad”. Donnelly argumentó además que “es el deber primordial de los obispos hacer de la Iglesia un lugar seguro para las almas protegiendo a sus rebaños de los herejes”.
“Nos encontramos en un momento extraño en la historia de la Iglesia cuando el arzobispo Viganò es excomulgado rápidamente mientras que Theodore McCarrick permanece sin excomulgar después de que años de sus crímenes contra la Iglesia hayan salido a la luz”, respondió Strickland.
AcaPrensa / Infovaticana / Carlos Esteban
