Liam Cary, obispo de Baker (Oregon, EEUU), ha hecho público un comunicado en el que pide a sus sacerdotes que no bendigan parejas homosexuales ni heterosexuales no casadas por la Iglesia. Les propone dar a quienes componen tales parejas una bendición que pida la gracia de apartarse del pecado.
Mons. Cary explica en su carta cuáles han sido las circunstancias acontecidas en la Iglesia tras la publicación de Fiducia Supplicans, señalando expecialmente la oposición de los obispos africanos a bendecir parejas homosexuales para evitar escándalo en los fieles. El obispo estadounidense dice que lo mismo ocurre en su diócesis:
«Tampoco creo que puedan llevarse a cabo sin escándalos en la diócesis de Baker. Aquí como en África, si una pareja heterosexual que cohabita o una pareja del mismo sexo pidieran a un sacerdote que los bendijera, estarían buscando una señal oficial de aprobación para un comportamiento que la Iglesia enseña que es pecaminoso a los ojos de Dios. Si el sacerdote accede a su petición, las sutiles distinciones de la Fiducia Supplicans no impedirán que los espectadores lleguen a la conclusión de que la Iglesia a la que representa el sacerdote ya no cree como antes, sino que ahora respalda las uniones de parejas no casadas.
Ese no es un mensaje que yo, como obispo, deseo que los sacerdotes estén enviando en la Diócesis de Baker».
El prelado toma una parte del texto de Fiducia Supplicans en la que se pide no confundir las bendiciones a parejas irregulares con el sacramento del matrimonio, precisamente para pedir a sus sacerdotes que realicen dichas bendiciones:
«…de acuerdo con las advertencias del Cardenal Fernández antes mencionadas sobre crear confusión y la declaración de los obispos africanos, pido a los sacerdotes de Baker que no bendigan a parejas de hecho conocidas, del mismo sexo o de ambos sexos».
Por último, el obispo de Baker propone una bendición en la que el sacerdote pida que la persona que la recibe se aparte del pecado:
«Sin embargo, hombres y mujeres individuales, algo en lo que el cardenal Fernández y los obispos africanos están de acuerdo, deben sentirse libres de solicitar y recibir una bendición sacerdotal fuera de la Misa. De acuerdo con una sugerencia del cardenal Fernández, el sacerdote debería pronunciar las siguientes palabras:
Que Dios Todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo te bendiga con la gracia de apartaros del pecado y creer en el Evangelio.
Por mi parte, me alegraría oír a un sacerdote decir esas palabras sobre mí cualquier día de mi vida».
AcaPrensa / InfoCatólica