El 26 de marzo, la Corte Suprema de los Estados Unidos escuchará argumentos orales en un caso que tiene el potencial de tener un gran impacto en la accesibilidad generalizada del aborto químico (pastillas abortivas). Los abortos químicos son ahora la forma más común de aborto en los Estados Unidos.
Mons. Timothy P. Broglio, arzobispo castrense y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), y Mons. Michael F. Burbidge de Arlington, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB, han convocado a todos los fieles a una oración que comenzará el 25 de marzo (la víspera de la vista del caso en la Corte), hasta junio de 2024, mes en el que se espera que se produzca la decisión del tribunal.
Los abortos químicos son ahora la forma más común de aborto en los Estados Unidos. El caso es en respuesta a la promoción por parte d la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de la disponibilidad del aborto químico mientras ignora los riesgos para las mujeres y viola la ley federal.
En resumen, la FDA ha permitido una industria nacional de abortos por correo y ha convertido las farmacias del vecindario en proveedores de abortos químicos. Si bien el caso de la Corte Suprema no trata sobre poner fin al aborto químico, puede restablecer limitaciones que la FDA ha pasado por alto.
En la nota de la USCCB se lee: «El Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB invita a los católicos a unirse en un esfuerzo centrado en la oración por el fin del aborto y la protección de las mujeres y los niños por nacer, comenzando el 25 de marzo, víspera de los argumentos orales, y aniversario de la encíclica pro-vida histórica de San Juan Pablo II, El Evangelio de la Vida (Evangelium vitae)».
Los obispos proponen la siguiente oración a San José:
Amadísimo san José: Ante el pedido de un ángel, amorosamente llevaste a María a tu hogar. Como humilde siervo de Dios, guiaste a la Sagrada Familia por el camino hacia Belén, acogiste a Jesús como tu hijo en el refugio de un pesebre, y huiste lejos de tu patria para la seguridad de la Madre y el Hijo.
Alabamos a Dios porque tú, siendo su fiel protector, nunca dudaste sacrificarte por quienes fueron encomendados a ti.
Que tu ejemplo nos inspire también para acoger, atesorar y proteger el más preciado don de la vida que nos regala Dios.
Ayúdanos a comprometernos con fidelidad para servir y defender la vida humana –en especial donde es vulnerable o esté amenazada. Obtennos la gracia de hacer la voluntad de Dios en todas las cosas. Amén.
AcaPrensa / InfoCatólica