En el día de ayer, dos de las víctimas del P. Marko Rupnik, ex-jesuita acusado de haber abusado sexual y espiritualmente de una veintena de monjas, dieron su testimonio durante una rueda de prensa que tuvo lugar en Roma. La Oficina de Prensa de la Santa Sede reaccionó asegurando que Doctrina de la Fe sigue investigando el caso.
Mirjam Kovak y Gloria Branciani narraron lo que les tocó en la Comunidad Loyola, institución de la que fue cofundador el P. Rupnik a principios de 1990.
Branciani explicó la razón de su comparecencia: «Hoy hemos contado nuestra historia, nuestro deseo es que se reconozca la verdad, el mal que hemos sufrido, que también se nos dé visibilidad porque somos muchas, pero nos piden que guardemos silencio, que desaparezcamos de alguna manera, nos desacreditan y esto no es aceptable».
Ambas dieron todo tipo de detalles de lo que les hizo el exjesuita. Los abusos no fueron solo de tipo sexual sino también de autoridad y manipulación de la conciencia. Kovak aseguró que cuando el P. Rupnik fue apartado de la Comunidad Loyola en otoño de 1993 «fue una liberación, pero la semilla del abuso permaneció en la comunidad y nuestra libertad personal era cada vez más restringida», motivo por el cual abandonó la institución en 1996. Dicha comunidad fue disuelta por Roma en el pasado mes de diciembre.
Por su parte, la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en un evidente intento de contrarrestar el efecto de la rueda de prensa de las víctimas del sacerdote esloveno, confirmó precisamente ayer miércoles que la investigación de Dicasterio para la Doctrina de la Fe en relación con el caso se ha ampliado a otras realidades eclesiales con las que antes no había habido contacto.
El Papa no las ha recibido
Cabe recordar que la diócesis de Roma aseguró que el proceso contra el exjesuita había sido irregular, algo que provocó la indignación de las víctimas, que tuvieron que recordar que Francisco no las había recibido, a pesar de haberlo solicitado y a pesar de que el Pontífice no ha dudado en recibir y atender a otras víctimas de abusos, incluida alguna que luego la justicia decretó que no era propiamente una víctima.
AcaPrensa / InfoCatólica