Monseñor Gregor Maria Hanke, obispo de la diócesis alemana de Eichstätt, ha mantenido una conversación con el diario Tagespost que publicará la entrevista en su próxima edición.
Mientras tanto, el citado medio alemán ha hecho un adelanto de algunas partes de la entrevista, uno de los pocos verdaderamente católicos que quedan en Alemania. Gregor Maria Hanke ha sido uno de los cuatro obispos alemanes, junto con el cardenal Woelki y los obispos Stefan Oster y Rudolf Voderholzer, que se han posicionado críticamente contra el Camino sinodal alemán, mostrando siempre unidad con Roma y la doctrina católica.
Con esta presentación, se entiende que este prelado germano se atreva a hablar de temas profundos a diferencia de sus colegas en el episcopado alemán. En la entrevista, el obispo de Eichstätt identifica el mal principal como una “titánica reivindicación de libertad” que conduce “al nihilismo”.
Además, Hanke critica una libertad que se ha desvinculado del orden natural y que ha provocado el desarraigo de la humanidad. «La crisis de Europa tiene su raíz política y espiritual en el desarrollo del concepto individual de libertad», afirma Hanke. Para este obispo alemán, las consecuencias son evidentes en diversos ámbitos de la sociedad, en particular en el debate sobre el aborto: «Se amplía la libertad de una persona hasta tal punto que ya no se tiene en cuenta el derecho a la vida de otra y con ello se desequilibra también el principio de justicia», advierte el obispo.
Ante la pregunta de cómo debe responder la Iglesia a esta crisis en la era de la secularización, el obispo Gregor Maria Hanke señala que adaptarse al espíritu de los tiempos es un enfoque equivocado. Para Hanke, la Iglesia debe, ante todo, dar testimonio, como lo hicieron los mártires de la Iglesia primitiva. Sin embargo, esto no significa repliegue ni aislamiento, sino una vida convincente y acogedora, basada en la fe. “Estamos llamados”, dice Hanke, “a traer luz al mundo”.
AcaPrensa / InfoVaticana
