En The Remnant Newspaper artículo sobre el nuevo embajador de los Estados Unidos ante la Santa Sede. Brian Burch es una figura prominente en la escena católica en EEUU. Ha apoyado firmemente cuestiones conservadoras como el fortalecimiento de las celebraciones litúrgicas en latín, las batallas provida, la crítica a las uniones homosexuales y la denuncia de algunas asociaciones católicas progresistas por su papel a la hora de facilitar la inmigración ilegal a través de financiación pública. Su visión de la fe hunde sus raíces en los llamados «valores no negociables», elemento que refleja claramente la estrategia política de Trump al querer consolidar el apoyo del bloque electoral conservador cristiano, y de los católicos en particular. Este nombramiento parece ser una declaración explícita de desafío al Papa Francisco, un Papa que, incluso para los no conservadores – se ha convertido ahora en una figura problemática, e incluso de «dudosa validez». Pensemos, a modo de ejemplo, en el descontento que se arrastra entre el clero y el episcopado africanos, e incluso entre los cardenales africanos creados por él.
Brian Burch denuncia los abusos de poder por parte del FBI contra los católicos tradicionalistas. En 2023, CatholicVote presentó una demanda contra la agencia y el Departamento de Justicia, acusándolos de espiar a comunidades vinculadas a la misa en latín. El embajador designado criticó al Pontífice por su enfoque globalista y su manejo de cuestiones como la inmigración, el cambio climático y la economía. Según Burch, muchas de las políticas impulsadas por el Papa generan división más que unidad. Si, por un lado, la administración Trump parece intransigente respecto de los valores no negociables, quizás más que el propio Papa, por otro, estas tensiones podrían conducir a un conflicto diplomático sin precedentes. Esta situación podría redefinir el papel del Vaticano no sólo frente a Estados Unidos, sino en un contexto global más amplio. Trump provoca muchos interrogantes, pero es claro que es una barrera contra la propagación del «wokismo» y la desintegración social galopante.
AcaPrensa / SPECOLA extracto.